Comencé a tocar la batería a los 13 años. Todo fue gracias al hermano mayor de un compañero que tuve en la EGB. Él nos enseñó lo que era la música de verdad. Nos recuerdo en el recreo de octavo curso, escuchando en el Walkman, una cinta de casette con el “And Justice for All” de Metállica y el “Keeper of the Seven Keys 2” de Helloween. Era lo máximo… quería empezar a tocar la batería, lo tenía claro.
Con la inmensa suerte de tener una familia que me permitió desarrollarme como batería, comenzó mi trayectoria. 26 años después, la historia continúa.